Recomendado para aventureros

Me encantó la cabaña rústica. Tenía un porche precioso que daba a la playa y estaba cerca de muchos restaurantes y tiendas. Mi suerte fue cuando conocí a Steve, una iguana que se asomó mientras tomaba un café en mi terraza. Fue una experiencia única.

No fue barato, pero aún así, aceptable.

Eco cabañas bluekay tiene una ubicación excelente, justo junto a la playa, y puedes llegar a restaurantes fácilmente. La habitación compartida fue una opción económica en un lugar con pocas opciones de hospedaje a buen precio. Me encantó la atención del personal, ¡y la conexión con la naturaleza es perfecta!

Lo recomendaría.

La cabaña rústica tiene un porche precioso frente al mar.

Las cabañas son pequeñas y los baños estaban en condiciones poco higiénicas. Además, el ruido de las tuberías y de los vecinos de arriba fue insoportable, lo que arruinó nuestras noches. No entiendo cómo pueden justificar precios tan altos para una estancia con tantas fallas.

La cabañita tiene un porche precioso frente al mar.

buen lugar pero con detalles por mejorar

La cabaña tenía una terraza maravillosa que daba al mar, ideal para relajarse. Además, la atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar. Los tacos de camarón que probé en el restaurante fueron absolutamente deliciosos, realmente una joya culinaria.

El acceso a los baños compartidos puede ser un poco incómodo.

La ubicación es muy buena, acceso a la playa.

las cabañas son muy acogedoras y tienen un ambiente tranquilo para relajarse. la limpieza podría mejorar un poco.

Increíble experiencia en la playa

El lugar tiene una vibra tan relajada, con una playa de arena blanca casi para nosotros solos. La comida en el restaurante es deliciosa, especialmente los tacos de camarón. La atención fue de primera, incluso me sorprendieron con un helado para celebrar el cumpleaños de mi mamá. A veces, el baño compartido puede ser un poco incómodo, pero la experiencia vale la pena.

La cabaña se sentía auténtica, conectada con la naturaleza y muy cómoda. La atención del personal, especialmente Roberto, fue fantástica. Aunque noté algunos problemas con la limpieza en la piscina, la experiencia fue increíble. ¡Definitivamente volveré!

La cabaña tiene una terracita muy cómoda para disfrutar del aire libre y los jardines. La experiencia se siente auténtica, conectada con la naturaleza, y el restaurante ofrece platillos deliciosos que hacen que cada comida sea un placer. Además, la vista desde la cabaña es simplemente espectacular.

El acceso a los baños compartidos puede ser un poco incómodo.

Este lugar me queda perfecto. Tienen internet gratis en áreas públicas, estacionamiento gratuito, y un bar muy agradable. Recuerdo que en mi primera visita, el personal me ayudó con las maletas. ¡Definitivamente volveré un fin de semana!

Pasé una noche en una cabaña deluxe con vista al mar. La ubicación es increíble, justo frente a la playa y cerca del Faro, lo que facilita disfrutar de una buena caminata. Me encantaron las camas cómodas y las instalaciones disponibles, se puede acceder libremente a todo con tu reserva. Sin embargo, noté que había mucho sargazo en la playa, lo que hacía que no se pudiera disfrutar del mar como se esperaba. Además, los baños eran un poco oscuros y el ruido de las tuberías en la habitación era molesto. A veces, pude escuchar a los vecinos de arriba, lo que afectó mi descanso. Aun así, la vista y la comodidad hacían que la experiencia fuera agradable.

La habitación tenía un aire acondicionado excelente que hacía la estancia muy confortable. Las terracitas afuera son perfectas para relajarse y disfrutar del paisaje. Sin embargo, la habitación era un poco estrecha y carecía de espacio de almacenamiento. Además, noté que el acceso a los baños compartidos puede ser incómodo, y el ruido de las tuberías era algo molesto. A pesar de esto, la vista fue maravillosa.

Las terracitas son exquisitas para relajarse y disfrutar el entorno. Un pedacito de paraíso entre cocoteros y buena vibra, ¡con un visitante iguana que se llama Steve!

La limpieza dejó mucho que desear, como si las escobas estuvieran de vacaciones.